domingo, 5 de junio de 2011

El Mercado de San Miguel



En el centro de Madrid, junto a la emblemática plaza Mayor, se encuentra el Mercado de San Miguel, que fue restaurado y reabierto en 2009. Cabe mencionar que es la única estructura de hierro que permanece en esta ciudad.

Antiguamente, la plaza donde ahora se encuentra, era un mercado al aire libre donde más tarde se construiría el mercado (entre 1913 y 1916).

A consecuencia de su decaimiento, se decidió someterlo a un proyecto de recuperación integral que duraría más de un año para conseguir renovarlo y convertirlo en un mercado tradicional que se combina con un lugar de tapeo y degustación gourmet.

El diseño lo hace destacar entre los distintos mercados de Madrid. Quizá a algunos les recuerde a la Boquería de Barcelona y hay quienes afirman que está inspirado en el mismo. Pero más allá de ser un mercado normal y corriente, podríamos catalogarlo casi como un punto turístico más que hay que visitar.

El Mercado de San Miguel puede diferenciarse en varias zonas, especializadas en diferentes ámbitos aunque todos relacionados con la gastronomía. En primer lugar, encontramos numerosos puestos donde se venden productos frescos: frutas, verduras, pescados, setas, quesos, chocolates, especias, etc.




Por otra parte, hay puestos en los que venden libros, flores o material de cocina. Además, el Mercado de San Miguel ofrece una ventaja para todos aquellos que vayan a comprar o simplemente a mirar, ya que en la mayoría de los establecimientos nos permiten degustar sus productos.



En segundo lugar, damos con la zona de restauración. Varios bares donde se ofrece una amplia variedad de pintxos y tapas, que siempre vienen bien acompañadas de una cerveza o una copa de vino. El Mercado de San Miguel se ha convertido en los últimos años en un lugar de visita obligada para los amantes del tapeo de la capital.



Merece que sea dicho que aquí, en el templo de los sibaritas, cuentan con un gran puesto que ofrece una enorme cantidad de ingredientes para cocina japonesa, así como bandejas de sushi y un considerable repertorio de marcas de sake y salsa de soja.


Por último, la zona de repostería. Junto a los demás, existen muchos puestos dedicados a la pastelería, donde podemos encontrar todo tipo de dulces, tartas y chocolates.




Como es obvio, el Mercado de San Miguel tiene sus pros y sus contras. Y es que no todo es tan bueno como parece, ya que la calidad y la denominación "gourmet" se han unido a su privilegiada situación, consiguiendo que los precios de los manjares que allí se vendan sean muy altos.

Cualquiera puede pasarse por allí a dar una vuelta, tomarse un vino y degustar las numerosas muestras que nos ofrecen, pero no comprar sus productos. Es cierto que apodemos encontrar algunos elementos e ingredientes para nuestra cocina que difícilmente hallaríamos en otro sitio, pero también es verdad que deberíamos restringir nuestra compra a ellos si nuestra renta no es demasiado alta, ya que la compra de la semana podría salirnos demasiado cara.




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