lunes, 31 de octubre de 2011

Fotorreceta: Cupcakes de calabaza

La calabaza se usa muy a menudo en repostería por su sabor dulce y agradable. Suele usarse para bizcochos, pudin, buñuelos o cabello de ángel.

Pero aprovechando la fiesta de Halloween, hemos decidido hacer unos cupcakes de calabaza, una receta facilísima que nos da una infinidad de oportunidades con respecto a la decoración, ¡por no mencionar que están buenísimos!


Ingredientes para 24 cupcakes

-300 gr de harina
-100 gr de azúcar blanco
-2 cucharaditas de levadura
-2 cucharaditas de bicarbonato
-Un pellizco de sal
-Una cucharada de canela
-Cuatro nueces (o nuez moscada)
-100 gr de azúcar moreno
-Una calabaza
-3 huevos
-100 ml de aceite (o mantequilla)
-Frosting

Hemos realizado esta receta a partir de la que aparece en nuestro libro 'Muffins & Cupcakes, bocados exquisitos', pero con ciertas modificaciones en los ingredientes basándonos en la receta del blog Bakemania.

Primer paso

Debemos vaciar la calabaza. Para ello, podemos seguir los pasos de nuestro anterior post: 'Cómo preparar una calabaza de Halloween'.

Tiramos todas las pepitas y metemos la pulpa en la batidora para conseguir hacer puré.



Segundo paso

En un bol, juntamos todos los ingredientes secos: el azúcar blanco, el bicarbonato, la sal, la canela, la levadura, las nueces picadas y la harina tamizada. Tras ponerlo todo junto, lo mezclamos.


Tercer paso

En la batidora, ponemos todo el azúcar moreno y tan solo un tercio del puré de calabaza. Lo batimos bien.




A eso le añadimos el aceite (nosotras usamos mantequilla porque queda más suave) y el resto del puré y volvemos a batir.

Luego iremos incorporando los huevos uno a uno, batiendo cada vez que lo añadamos. La mezcla quedará muy líquida y espumosa.

Para que sea más fácil hacer la masa, echaremos toda la mezcla en un bol grande para poder añadirle los ingredientes juntos.




Añadiremos la mezcla seca poco a poco, en tres o cuatro veces, mezclándolo mientras, de manera que obtengamos una masa fina pero consistente.

Cuarto paso

En el molde para magdalenas, colocamos los papeles, que llenaremos con la masa. Para daros una idea, debemos echar la masa de manera que cubra 3/4 del papel.

El horno debe pre calentarse a unos 175º, 15 minutos antes



Introducimos la bandeja en el horno durante 20 minutos a la misma temperatura y los sacamos pasado ese tiempo.

Como ya sabemos, hay que comprobar si se han hecho o siguen crudos con un palillo o un cuchillo. Lo introducimos en la magdalena y, si sale limpio, es que ya están hechas. Si sale manchado, deben permanecer un poco más en el horno.


Las magdalenas deben reposar unos 5 minutos en el molde y después las retiraremos a una bandeja a enfriarse.


Quinto paso

Nosotras no hemos hecho frosting, lo hemos comprado ya hecho en Taste of America, pero podemos hacerlo sin ningún problema, es muy fácil y encontraremos la receta en infinidad de sites en Internet. Normalmente lleva queso tipo Philadelphia, azúcar glas y mantequilla.

Por lo tanto, cubriremos las magdalenas con el frosting, con más o menos cantidad según nuestro gusto.




Podemos hacerlo con un cuchillo de untar o con una manga pastelera. Si no tenemos, podemos improvisar una con una bolsa de plástico, poniendo el frosting dentro y cortando la punta un poco para que salga bien.





¡Y listo! Si queremos dejarlas así, están deliciosas, pero si queremos darles un toque de Halloween, nunca está de más.

Podemos hacerlo con cualquier cosa, ¡lo que más cuenta es la imaginación! En Cookies&Planes hemos preferido usar golosinas. Este es el resultado:










Cómo preparar una calabaza de Halloween

Cada año se celebra Halloween la noche del 31 de octubre, ¡la noche de las brujas! Aunque es una fiesta típica americana, cada vez se va extendiendo más por los países occidentales y hoy en día la gente se disfraza y muchos locales en España celebran fiestas, se decoran y ofrecen productos terroríficos.

Podríamos decir que el sello por excelencia de Halloween es la calabaza. Nacen gracia a la leyenda de Jack O´Lantern, un cuento popular irlandés.

En los supermercados venden durante estas fechas calabazas hechas para vaciar y tallar, pero nosotras compramos una calabaza normal y corriente (mucho más barata), una calabaza valenciana de la variedad dulce. Estas calabazas suelen usarse para comerlas tal cual y para repostería: cabello de ángel, buñuelos, calabaza al horno...


Hemos leído que hay quien las cuece para que queden más blanditas a la hora de vaciarlas... pero preferimos no hacerlo, porque probablemente la piel se reblandece demasiado y dure mucho menos.

Lo primero de todo es contar con un cuchillo bien afilado (de sierra es buena opción) para llevar esta tarea a cabo.

Primer paso


Hay que cortar la parte de arriba, la "tapa", con el cuchillo.


Segundo paso


Para vaciar la pulpa, podemos rasparla con una cuchara hasta que consigamos retirarla toda, pero así podemos tardar muchísimo tiempo. Hay quien utiliza un vaciador de melones (ambas frutas se parecen muchísimo), pero nosotras usamos el cuchillo.

Hacemos una incisión alrededor de la corteza y luego podemos cortar en cuatro partes para retirarlo más fácilmente. ¡Mucho cuidado!


Por dentro, las calabazas son muy parecidas a los melones

Iremos retirando toda la pulpa y dejándola en un bol, separando las pepitas. Si vamos a usar para algo la pulpa, si no, podemos tirarla. Nosotras hicimos cupcakes de calabaza.


Tercer paso


Con un bolígrafo o un rotulador dibujaremos en la piel la cara de la calabaza. Esto es más fácil que cortar directamente y nos aseguramos de que no se nos quede desigual.

Así, iremos cortando con cuidado por donde hemos dibujado las líneas.



Si está muy dura o tenemos miedo de romperla, cortamos primero con el cuchillo por encima y luego con uno de sierra nos metemos hasta adentro, ya que tenemos que quitar tanto la corteza como la pulpa de debajo.


Cuando lo hayamos cortado todo, metemos una vela dentro ¡y listo!


¡Ya tenemos una linterna-calabaza para decorar nuestra casa!


miércoles, 26 de octubre de 2011

Fotorreceta: Pizza casera

Todo el mundo conoce la pizza, ese plato original de Italia (napolitano, dicen) que ha acabado alcanzando cada rincón del mundo. Hoy en día podemos encontrar pizza en cualquier restaurante e incluso en cualquier esquina de nuestra ciudad, ya que cada día nacen más y más puestos en todas partes.

Podríamos pasar horas hablando de la infinidad de tipos de pizza que hay, sus variantes y los lugares donde tomarla, pero ¿por qué no mejor hacer nuestra propia pizza?


Ingredientes para 6 personas


-500 gramos de harina
-Dos cucharadas de levadura en polvo (ó 25 gramos de levadura fresca)
-Dos vasos grandes de agua (250ml más o menos)
-Sal
-Azúcar
-50 gramos de mantequilla (ó 20ml de aceite)

Hemos realizado la receta a partir de varias que hemos ido recopilando, tanto por libros como por vídeos (Youtube está repleto de ellos, como por ejemplo el del famoso Jamie Oliver). Por lo tanto, usad la que más os convenza, porque todas llevan básicamente lo mismo, pero con ligeras modificaciones.


Lo primero que hay que hacer es poner la harina en una montaña y hacer un hueco con los dedos en el centro. Normalmente se hace en la encimera, pero si no tenemos espacio o no queremos pintar la cocina de blanco, podemos hacerlo sin problemas en un bol grande.


Una vez hecho esto, vamos a rellenar ese agujero. Primero hay que echar la sal alrededor, sin que caiga en el hueco. Por lo visto esto es así porque la sal hace reacción con el resto de los ingredientes. Después echaremos la levadura (si es fresca tiene que haber sido diluida en agua previamente), una cucharadita de azúcar y el aceite.

Si no tenemos aceite (como era nuestro caso), derretimos mantequilla en el microondas un minuto. Por último, añadimos el agua.


Lo que viene ahora es más o menos 20/30 minutos de esfuerzo. Hay que darle, literalmente, una paliza a la masa.

Primero iremos removiendo el líquido del centro, juntándolo poco a poco con la harina para que vaya espesando. Cuando lo hayamos conseguido, procederemos a hacer una bola con las manos. En teoría hay que ir doblando la masa de fuera a dentro, pero al principio no es tan fácil. Es muy pegajoso y se queda adherida a las manos.

¡Pero no os desaniméis! Sobre todo porque, una vez en vuestras manos, no os será fácil quitarla...

Seguís machacándola bien, moviéndola, intentando darle forma sobre la encimera o alguna bandeja de madera. Si vemos que no toma consistencia, le iremos añadiendo poco a poco más harina. Y al final se despegará y tendrá pinta de masa, por lo que podréis colocarla bien y hacer una bola compacta.


Ahora que lo hemos conseguido, tenemos que meter la bola dentro de un bol y taparla durante una media hora o 45 minutos para que crezca.


Cuando la tengamos, debemos volver a darle una paliza durante unos minutos.

Y ahora tomaremos una decisión: con la cantidad de masa que tenemos, podemos hacer sin problemas dos pizzas o una muy grande.

Si nos decantamos por la grande, ¡cuidado! Hay que extenderla bien, porque si no será muy gorda y no se cocerá bien por dentro.

Para extender la masa, lo ideal es tener un rodillo, porque con las manos lo haremos mucho peor... pero es posible.


Ponemos la base de tomate frito... y echamos los ingredientes que hayamos elegido. ¡Al gusto de cada uno!

Nosotras decidimos hacerla de salami, queso, pollo (con unos taquitos asados que compramos en el supermercado), cebolla y tomate.

Podemos innovar con los ingredientes, pero también hay millones de recetas por Internet, como la de la pizza carbonara, la barbacoa, la cuatro estaciones, campestre... o simplemente podemos imitar nuestra preferida, la que pidamos siempre, con los mismos ingredientes.


¡No olvidéis pre calentar el horno unos 10 minutos antes!


La cocinamos a unos 270ºC unos 20 minutos o media hora. Hay que ir echándole un ojo para que no se nos queme y ¡listo!

El resultado es genial. Se tarda bastante en hacer, pero está mucho más buena que en la mayoría de los locales. ¡Por no hablar del precio, por supuesto!