domingo, 22 de mayo de 2011

Fotorreceta: pollo con arroz al curry

La comida india y asiática en general es cada vez más conocida en el mundo occidental. En casi cualquier ciudad española podemos encontrar locales donde degustar los exquisitos manjares pertenecientes a su cocina, entre ellos los elaborados con curry.

El curry, más que una especia, es una mezcla de diferentes especias. En la India se utiliza para guisar y estofar ciertos platos que llevan salsa hecha con este ingrediente.

Hoy vamos a cocinar pollo con arroz al curryLa receta es bastante rápida (unos 30 minutos) y la hemos ido perfeccionando a lo largo de los años, practicando y probando cosas nuevas cada vez.


Ingredientes para 2 personas

-Una cebolla pequeña
-Dos pechugas de pollo
-Una taza de arroz
-250ml de leche
-Curry
-Sal
-Una cucharadita de harina (opcional)


Instrucciones

De momento, trocearemos la cebolla. El tamaño da igual, pero nosotras la preferimos cortar en cuadraditos muy pequeños para que no se note que está, solamente el sabor, pero puede cortarse en taquitos más grandes o en tiras.


Mientras cortamos, podemos ir poniendo el agua a calentar en la cazuela, así ya estará en ebullición cuando hayamos terminado y podremos echar el arroz. Que no se os olvide ponerle un poquito de sal. Como la cocción del arroz es el proceso más largo, recomendamos hacerlo al principio, ya que si esperamos demasiado el resto de la comida se estropeará esperando a que termine.


Ahora cortamos el pollo, de nuevo en taquitos aunque no importa si se prefiere cortar en tiras. Debemos añadirle un poco de sal al pollo antes de ponerlo a freír. Ponemos un poco de aceite en la sartén y a calentar. Es importante no echar demasiado aceite por dos razones:

1. Cuando echemos la leche, se separará, por lo tanto puede quedar excesivamente grasiento.
2. El pollo es traicionero y hace saltar mucho el aceite. Cuanto menos haya, menos riesgo de quemarnos.

Una vez caliente, añadimos el pollo y lo dejamos freír con cuidado.

La cantidad de aceite podemos calcularla fácilmente a ojo. Si son dos pechugas de pollo, se freirán sin problema cubriendo la base de una sartén pequeña.

Hay que vigilar de vez en cuando el arroz para que no se pase y moverlo para que no se quede pegado a la cazuela.

Es conveniente mover un poco el pollo con un tenedor de madera para que se haga bien, sin quemarse ni quedarse crudo.

Justo cuando empiece a dorarse, le añadiremos la cebolla y seguiremos removiendo, pues es muy fácil que se queme al estar cortada en trozos tan pequeños.

Si el arroz ha terminado de cocerse antes de echar la cebolla, perfecto. Si no, debemos comprobarlo justo después de echarla. Nosotras hemos usado arroz alargado, pero podéis usarlo redondo, aunque tardará un poco más. Lo colamos para deshacernos del agua sobrante y lo dejamos reposar mientras continuamos con el pollo.


Cuando la cebolla y el pollo estén dorados, le añadiremos la leche. Con unos 250 ml será suficiente, pero eso es según el gusto del cocinero. Con un culín de un vaso, la salsa quedará menos líquida, quedando el curry "pegado" a la comida. Es decir, el pollo y el arroz serán de color amarillo y sabrán a curry, pero no podríamos mojar con pan la salsa. A nosotras nos gusta más así, pero podemos echarle medio vaso y disfrutar de la salsa.

Justo después añadiremos el curry, también a nuestro gusto. Hay que tener en cuenta que de por sí es una especia que pica, por lo tanto no deben abusar de ella los que no lo toleren bien. También es fácil calcular cuánto echar, ya que podemos seguir añadiendo cada vez que echemos y removamos. Cuanto más amarillo quede, más fuerte será su sabor.

Podemos utilizar el curry que venden en los botes de especias de cualquier supermercado, aunque también podemos encontrar otro tipo de formato, que viene en un sobre y que se vende en todas partes.

Si no estamos muy convencidos de la textura de nuestra receta, existe la opción de añadirle una cucharadita de harina, ya que no sabe a nada y consigue que la salsa adquiera más cuerpo y espesor. Como con el curry, es recomendable echar un poco e ir removiendo, añadiendo más si lo vemos necesario tras haberlo mezclado. Se debe mover bien, ya que la harina puede crear grumos y provocar que nos llevemos una sorpresita desagradable a la hora de encontrárnoslo en la boca.


Cuando hayamos conseguido la textura y la consistencia que deseamos, le añadimos el arroz y lo mezclamos bien. Podemos hacerlo con el fuego apagado, pero en ocasiones nosotras lo dejamos encendido por si se ha endurecido un poco mientras estaba fuera de la olla secándose.


Y listo, una vez removido todo podemos emplatar. Hay mil formas de cocinar el pollo con arroz al curry, por lo tanto hay también miles de formas para presentarlo. Nosotras hemos elegido la forma más simple, ¡pero os animamos a usar vuestra imaginación!

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